En la finitud de nuestras almas buscamos el regocijo
que una vida llena
nos da.
Cuando llega la muerte
desvelamos la certeza de
nuestra propia
mortalidad.
Como
si de un secreto fuera.
En ese momento
Debemos encontrar
nuestra
paz
y sucumbir al futuro
sellado.
Rebroto
encuentro palabras
donde solo queda
nada.
Se diluye mi ímpetu
en la riada
de pensamientos que escapan
mi perecida carcasa.
Tu ternura es mi recuerdo
de saber cómo recogerme
Y salir
del pozo.
Que fácil es caer
en la futilidad de nuestros días
sin ver
el sentido fluido
que das a mi vida.
Contínuo
permanente
es tu existencia.
Tu sonrisa
tu picaresca
tu travesura
tu fortaleza
La que hoy mañana y cada día
Versa mi vida.
Fue así lo que inscribí
en el perfecto círculo
que simboliza
la permanente memoria
del día maravilloso
de nuestra unión
Y la alegría de estar juntos
siguió.